sábado, febrero 09, 2013

Forofos de la pólitica.


Llevo tiempo sin escribir en este blog, y ya tocaba. Así que ante todo mis disculpas queridos lectores. El caso es que estaba pensando en hablar “sobre” un tema de mucha actualidad en España. Pero no lo voy a hacer, no sólo por el lógico respeto que todo el mundo merece a su presunción de inocencia, tanto presunto corruptos como presuntos difamadores, sino también porque hay cosas que no merecen ni tan siquiera la pena comentarlas. Pero si quiero comentar una cosa. Y es que a raíz de las últimas noticias sobre presuntas irregularidades financieras la reacción de los grandes partidos y de mucho ciudadano de a pie es el “y tú más”.

Y una vez más la política no ha podido dejar de recordarme al fútbol. No sé si me explico esa “Viva el Betis aun que pierda” Y es que muchas veces en el fútbol vemos como si el jugador del propio equipo comete una falta nos esforzamos en sacara relucir las que comete el equipo rival intentado justificar con un mal comportamiento otro igualmente malo. Y en cierta forma el fútbol se acaba pareciendo mucho a la política.

El que uno sea de un partido u otro depende en buena medida de factores sociológicos. Lo mismo podríamos decir del fútbol. Tú equipo dependerá de los gustos de tu padre y de la ciudad donde hallas nacido. Siempre con las lógicas excepciones. Pero en el fútbol se produce una identificación con el equipo y en política pasa igual. Existe lo que se llama la identificación partidista. Y en ese caso, a juicio de este humilde escritor, pasamos de tener un ciudadano preocupado por la política a un forofo político. A alguien a quien lo que haga el partido al que vota le parecerá siempre bien, o por lo menos más deseable que lo que hace el partido contrario.

Y sinceramente esto no puede ser bueno. No es algo que favorezca el dialogo ni los acuerdos. Y no es que pretenda yo resucitar el eterno debate sobre si los partidos políticos son buenos para la democracia o por el contrario sediciosas facciones que sólo pelean por su interés. A día de hoy estamos en una democracia de partidos, en España y en todo el mundo. Pero quizá fuese bueno quitarnos las orejeras y empezar a mirar la viga en el ojo propio antes que la paja en el ajeno. Sería más útil ser un aficionado responsable que exige lo mejor a sus jugadores que un hincha incondicional que defiende lo indefendible. Entre la lealtad ciega e injustificada un ciudadano responsable ha de usar la voz para cambiar aquello que no le gusta en el seno de su propio equipo o partido. Debe de intentar construir algo de lo que sentirse orgulloso, de demostrar que sus ideas o aficiones son las más limpias, las más nobles en lugar de disimular la propias faltas poniendo la lupa en la mancha ajena.

1 comentario:

  1. Lo que se saca en claro con todo lo que está pasando, es que es necesario girar el periscopio y empezar a mirar hacia una nueva forma de hacer política. Soy defensor de la política, pero de la política bien ejercida y es que lo que no se puede entender es que a un modelo autócrata se le llame demócrata. La democracia capitalista neoliberal ha fallado es hora de cambiar.

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