Últimamente oigo una idea muy
repetida, como si una tremenda preocupación asaltase al país y la sociedad
entera. Y tan tremenda preocupación fuese vencida por una idea que anda en boca
de todos. Hoy día poca preocupación mayor que el déficit de las administraciones
públicas. Todo el mundo se sorprende del gasto que provoca en déficit que tanto
problemas parece dar a este y otros países. Y todo el mundo llega a una misma
conclusión, el estado y las empresas públicas no pueden perder dinero. El
sector publico tiene que ser rentable, de esta manera no habrá déficit y todos
lo males habrán sido exorcizados.
Quiero reflexionar sobre tan
controvertido asunto y como toda reflexión profunda, o por lo menos que aspire
a llevar el nombre de reflexión, ha de ir al fondo de la cuestión. No puede
haber buena reflexión que no se remonte antes o después al principio de las
cosas, a su esencia. Y siendo yo amante del orden comenzare pues por las
esencias para después ir caminando hacia lo que espero sea una conclusión.
Comencemos pues analizando el
carácter ontologico de tres conceptos; empresa, estado, entendido este como
todo lo público, y organización sin animo de lucro. Es decir los tres grandes sectores económicos del país, el privado
el público y el tercer sector.
Por su propia definición una empresa en una organización
dedicada a producir bienes y servicios, el la institución encargada de generar
riqueza. Y un sistema capitalista como el que vivimos la empresa es creada por
un empresario con el fin de obtener una renta. Es por tanto parte de su
naturaleza el ser rentable, el proporcionar un beneficio económico a su dueño,
que ha arriesgado su capital par poder ponerla en marcha.
El estado, lo público, es eso público. Es decir no
pertenece a nadie y nos pertenece a todos. Es un ente creado con el fin de
solucionar los problemas sociales, los problemas comunes que conciernen a toda
la sociedad. Y como solucionar problemas requiere recursos, esos recursos son
proporcionados por la propia sociedad vía impositiva. La cantidad de problemas
que el estado ha de resolver ha ido creciendo, y si bien en un origen se
limitaba a organizar la defensa militar y la convivencia mediante leyes, hoy
realiza funciones casi infinitas, como infinitos son los problemas de una
sociedad.
Las organizaciones sin animo de lucro son aquellas
organizaciones formadas por individuos que comparten algún tipo de
preocupación. Siendo conscientes de que existen problemas que no son atajados o
no lo son suficientemente, por el estado intentan paliar dichas problemáticas.
Su objeto por tanto al igual que el del estado es la prestación de servicios.
El coincidir en ocasiones con el estado en sus objetivos hace que a menudo se
establezcan relaciones de colaboración entre ambos, aportando ambos medios para
un mismo fin. De esta manera el estado ahorra y la ong de turno cumple su
cometido.
Vemos pues que ni la razón de ser del estado ni la de las
ong es obtener rentabilidad, sino solucionar problemas sociales a los que todos
o buena parte de los individuos no podrían enfrentarse por si solos.
Por ello me pregunto, ¿hacemos bien en pedirle al estado
que sea rentable? Pidiéndole cosas que van contra su naturaleza, ¿no le
estaremos pidiendo peras a un olmo? No digo con ello que el estado no haya de
gestionar con todo el cuidado del mundo los recursos, pues nada ha de cuidarse
más que lo que es del común. Más no podemos olvidar que su finalidad no es
ganar dinero sino solucionar problemas. Si el estado buscase el beneficio a
costa de la solución de problemas, ¿no estaría desvirtuando su propia
naturaleza? ¿No estaría dejando de ser estado para ser empresa? De modo que
cuando constantemente se nos insiste en la rentabilidad del estado, se nos
insiste en un despropósito, en una contradicción de base. Por eso señores, lo
público no ha de ser rentable sino eficaz. La razón de ser por ejemplo de la
sanidad publica no es la rentabilidad, si así fuera dejemos morir a las clases
pasivas y enfermos crónicos. La razón de ser de la sanidad pública es velar por
la salud que a todos nos falta antes o después. Una policía no ha de ser
rentable a base de multas, sino que ha de ser garante de la seguridad. Ídem
justicia, educación, servicios sociales, medio ambiente, transporte y todas las
actividades de un gobierno. La rentabilidad de todo aquello que no son empresas
no se mide en su cuenta de perdidas y ganancias, se mide en los problemas que
solucionan. Y aunque a veces no lo parezca son muchos los problemas que
soluciona. Piense, si acaso su autobús aparece por arte de magia o si su basura
se recoge sola.
Muy bien visto, campeón.
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