miércoles, mayo 02, 2012

Europa se la juega en Grecia


El seis de mayo, como toda persona que siga las noticias se habrá enterado hay elecciones en Francia. Son unas elecciones que suponen una importante elección en Europa, la continuidad de una austeridad que no ha logrado sacarnos de la crisis ni resolver los problemas de deuda o el cambio hacia políticas más expansivas que pueden llegar a aumentar el problema de la deuda a cambio de un hipotético crecimiento económico. No es un asunto baladí. Pero hay un acontecimiento que me preocupa más y que también se producirá el día seis. Las elecciones en Grecia. ¿Y por qué me preocupan? Pues muy sencillo, por que es el país con una situación más delicada en toda Europa. Rescatado internacionalmente, con unos recortes de derechos sociales sin precedentes y con las calles inflamadas por las protestas. Y aun más por los resultados electorales vaticinados por los sondeos.

Según diversos sondeos, parece que hay una cosa clara; las elecciones las ganara el partido de centro derecha seguido del partido de centro izquierda. Hasta aquí nada extraño, dos grandes partidos de “centro” dominan el panorama político. Pero hay algo preocupante en que también coinciden los sondeos. En primer lugar entraran varios partidos políticos que hasta ahora no tenían representación el parlamento griego y en segundo lugar que algunos de esos de eso partidos serán de carácter “radical”. De hecho posibilidades de que partidos cercanos al nazismo consigan escaños, mientras que por otro lado el partido comunista podría doblar sus apoyos. De momento que aumente el número de partidos en el parlamento no es malo, y ni es malo que aumente el voto no centrista. Por lo menos a corto plazo. ¿pero y a medio o largo plazo?

Para la estabilidad de un sistema democrático hay dos fenómenos a tener en cuenta, la polarización del sistema de partidos y la posible atomización del mismo.

-         Por polarización entendemos un fenómenos en el que las posiciones sociales y de determinados partidos de radicalizan impidiendo que sea posible llegar a acuerdos básicos lo que genera enfrentamiento político. El aumento de partidos radicales puede indicar que algo así este pasando en las posiciones ideológicas de la población.
-         Por atomización nos referimos al fenómeno en el que en un parlamento hay gran cantidad de pequeños partidos políticos lo que dificulta la formación de gobiernos estables o simplemente de gobiernos.

En definitiva que se den estos fenómenos de manera combinada puede llegara poner en peligro la estabilidad de la Republica Helénica, es decir poner en peligro la propia existencia de la Republica. El ejemplo histórico típico es la caída de la Republica de Weimar y el ascenso del nazismo. En las elecciones del 1932 había en el parlamento representados 14 partidos políticos y a pesar de que el parido nazi solo tenia el 37% de los escaños de hizo con el poder y acabo con la democracia.

Pero analicemos el asunto desde otro enfoque diferente. A la pregunta que hace que un sistema político sea estable bien podemos responder con el simple y no por ello menos eficaz modelo de Lipset. Para Lipset la estabilidad de los sistemas políticos depende de dos variables; la legitimidad institucional o ideológica y la legitimidad por rendimientos. La legitimidad institucional hace referencia a que la población este convencida de que el sistema político es justo y acorde sus valores, al convencimiento de que su sistema es el mejor. La legitimidad por rendimientos se refiera a la medida en que el sistema satisface las expectativas de sus ciudadanos, es decir es un gobierno eficaz.

Y a día de hoy la eficacia, el rendimiento de los gobiernos en parte de Europa esta cuestionada por la gran cantidad de recortes en derechos sociales. La expectativa de los ciudadanos nacidos en un estado del bienestar de que siempre iban a disfrutar de determinados servicios y derechos sociales se desmorona. El estados europeos no han estado a la altura. Por otro lado el nacimiento de movimientos sociales como el 15 M es España, que tan buena acogida a tenido en otros países como Grecia, indican un claro descontento con los sistemas democráticos de Europa occidental (y en cierto modo también el auge de partidos de extrema derecha en buena parte de Europa). En definitiva las democracias europeas pierden legitimidad institucional y por rendimiento, lo que pone en peligro la existencia de dichas democracias tal y como las conocemos hoy.

No quiero decir con esto que mañana vayan a estallar una serie de revoluciones en Europa, la situación no parece a priori tan critica. Tampoco quiero decir que la democracia griega vaya a desaparecer tras estas elecciones. Desde luego la situación griega dista bastante de ser similar a de la Alemania de 1932. Lo quiero expresar es que hay síntomas de que las democracias europeas están entrando en un periodo de crisis política que pone en peligro su estabilidad medio plazo. La gente tiene cada vez menos confianza en las instituciones políticas, ninguna confianza en sus políticos y sus condiciones de vida se deterioran más y más. Algo similar paso ya en la décadas de 1920 y 1930 en las que las instituciones políticas se encontraban en una importante crisis, que la crisis económica del 29 agudizo. La salida de dichas crisis fue la caída de muchas democracias y el auge de dictaduras fascistas o protofascistas. La nueva configuración de los sistemas parlamentarios y la creación del estado del bienestar tras la II guerra mundial querían evitar que se repitiera la situación. Pero parece que el modelo de posguerra se desquebraja. Por ello Europa se juega su futuro, no solo en una Francia fuerte en la que crecen tanto la derecha radical como la izquierda menos moderada, sino sobre todo en Grecia y los países en que realmente la situación política y social es más grave.

1 comentario:

  1. Muy buen artículo,me ha gustado mucho, mi amigo. Coincido en tu diagnóstico. Un abrazo. Javier Vega Gómez.

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