¡Hablemos del milenarismo! ¡El milenarismo va a llegar! Si
es usted español y tiene más de 20-22 años seguro que recuerda está frase. La
pronuncio un famoso cineasta y escrito español en un programa de televisión en
un estado...bueno de voz pastosa y discurso incoherente.... El video produjo
muchas risas y bastantes parodias, (les dejo enlace al mismo en Youtube http://www.youtube.com/watch?v=E4AINUEHYu8)
Y yo hoy, sereno y despejado quiero hablar del
milenarismo. Comienzo por algo obvio pero que a veces algún seguidor del citado
video confunde. No es lo mismo milenarismo que mineralísimo, la palabreja viene
de milenio, no de mineral.
¿Y que es el milenarismo? Bueno por milenarismo nos
referimos a toda una serie de ideologías o mitos políticos que tienen una serie
de características comunes entre ellas. Son una serie de ideologías que tienen
cierto paralelismo entre la religión y la política.
De hecho la referencia al “milenio” viene del mito del
Apocalipsis de San Juan, según el cual tras el primer combate escatológico
Cristo instaurará un reina do de mil años. Dicho mito tiene su origen o al
menos entronca con el mito griego de la Arcadia Feliz, tierra de paz y amor en
que todos los hombre vivan en paz. Una
especie de nuevo paraíso.
Otro de los componentes es el citado combate escatológico.
La idea de una lucha entre las fuerzas del bien y las del mal. Idea que se
remonta al profeta Zoroastro (entre el mil y el dos mil antes de Cristo). Y
obviamente en este combate en el que estamos inmersos ha de ganar el bien para
crear esa Arcadia Feliz. En relación con la idea del mal otro de los
componentes clásicos es la idea del chivo expiatorio, alguien a quien se culpa
de todos los males de las sociedad y que debe morir. A lo largo de la historia
han sido diversos personajes lo que han merecido tal honor; los ricos, los
judíos, los gitanos o las brujas. Cualquier grupo minoritario y supuestamente
poderoso. Hoy en día quizá sea éste uno de los componentes más activos del
milenarismo. Lo de echarle las culpas al primero que pasa y hacer juicios
paralelos es algo que por lo menos a los españoles nos encanta.
Y en último lugar hay un claro componente mesiánico. Hay
una persona o un grupo de persona, que son lo elegidos para capitanear la lucha
contra el mal e instaurar el reino de la felicidad.
Movimientos milenaristas o con componentes milenaristas
los ha habido desde la antigüedad, podemos citar a lo anabaptistas, el mito del
Rey D. Sebastián en Portugal, o más modernamente el nazismo, el comunismo o el
rastafarismo. (No son sólo unos señores que fuman maría, es movimiento político
que cree que algún día Etiopía será un imperio que domine África y libere a los
negros de la tiranía de los blancos)
Hasta aquí la exposición de que es el milenarismo. Y si mi
lector a tenido la paciencia de leer hasta aquí estará dándole vueltas a la
cabeza de por que escribo todo esto hoy. No es que me halla ido con un rasta a
fumar la hierba sagrada, haya visto el video de Arrabal y me haya dado por
escribir sobre estas cosas. Lo escribo por que disiento con la profecía del señor
Arrabal. El decía que el milenarismo iba a llegar y creo que hoy podemos decir
que no es así. Probablemente sea una e las épocas de la historia en la que los
movimientos milenaristas están en su momento más bajo. Si es usted un
racionalista puro, se alegrará, los movimientos milenaristas suelen apelar más
al corazón y al mito que a la razón.
Yo por el contrario he decir que no me alegro tanto. No pienso que la
política haya de estar dominada por mitos, creo en el gobierno de una razón
bien ordenada, en dialogo con el corazón, y no en la dictadura de la ideología.
No obstante hay algo que echo de menos de los milenarismos hoy en día. Y es la
esperanza, la idea de una Arcadia, la idea de que se puede construir un mundo
mejor. Hoy en día nuestra política tan racional es una política sin esperanza,
una política que no cree que puedan cambiarse las circunstancias, que cree que
sólo podemos adaptarnos a ellas. Y precisamente la política es la acción de
tomar decisiones que cambien las circunstancias. Una política sin esperanza,
sin sueños es una política sin proyecto, sin rumbo. Y por tanto una política
que no nos conducirá a nada. Una política que acabará siendo subyugada por la
fuerza de las circunstancias. Ojala nos quedase un poquito de milenarismo
político.
Me encanta.
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